
Un día como hoy, el 27 de junio de 1960, el Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación (DRIL) colocó seis bombas en las dos estaciones de tren de Donostia, en la de Atxuri de Bilbao (dos días después), en la del Norte de Barcelona, en la de Chamartín de Madrid y en el tren correo de Madrid a Barcelona, todas ellas en maletas abandonadas con un mecanismo que provocaba la ignición de una bomba incendiaria.
La bomba en la Estación del Topo de Donostia mató a una niña que no había cumplido los dos años, Begoña Urroz, natural de Lasarte. Aunque los atentados fueron reivindicados por el DRIL, cuarenta años después el ex ministro Ernest Lluch atribuyó el atentado a ETA, por lo que habría sido su primer atentado con víctimas mortales, versión infundada que se ha instalado en la historiografía del conflicto vasco.
¿Llamas «historiografía del conflicto vasco» a una amalgama de académicos paniaguados, políticos cínicos y periodistas mentirosos, más los troleros familiares de la niña? Se están aprovechando de la ignorancia de la gente. De hecho, la segunda reivindicación del DRIL fue publicada en España, dato que ahora hay que ocultar. «DIARIO VASCO», San Sebastián, 10-2-1961,pág.1: «Galvao reconoce haber tenido una participación directa en los actos terroristas de 1960, en Madrid, Barcelona y San Sebastián? Galvao, por supuesto, es Henrique Galvao.
Estamos de acuerdo, quizás no me expresé bien. Se trata de una versión manipulada y espuria que se intenta imponer y con la que se intenta construir una «historiografía» a medida.
Perdón, he puesto [?] (interrogación) donde tenía que haber puesto [«] (comillas).