Un día como hoy, el 26 de agosto de 1990, los hermanos Antonio y Emilio Izquierdo, de 53 y 58 años respectivamente, dispararon varios cartuchos de postas después de salir de un callejón hacia una plaza, sobre unos vecinos de Puerto Hurraco (Badajoz) apellidados Cabanillas. Se trataba de un acto de venganza porque los consideraban culpables del incendio de una casa de su propiedad, en el que murió la madre de los hermanos Izquierdo. Posteriormente el tiroteo derivó contra quienes se cruzaran por la calle. Los Izquierdo incluso llegaron a disparar y herir gravemente a dos agentes de la guardia civil, que acudieron alertados por los vecinos. Tras la matanza, los hermanos Izquierdo huyeron a la sierra. Agentes de la guardia civil que los buscaban los encontraron durmiendo 9 horas después del inicio de la tragedia y fueron detenidos sin resistencia. Tras su detención no mostraron el más mínimo signo de arrepentimiento: «Ahora que sufra el pueblo, como yo he sufrido durante todo este tiempo», dijo Emilio, mientras su hermano Antonio aseguró que «Si no nos hubieran detenido, habríamos vuelto al pueblo a dispararles durante el entierro de los muertos».
Dejaron 9 muertos y en torno a una quincena de heridos de diversa gravedad. Algunos acabaron tetrapléjicos en silla de ruedas el resto de su vida. Ellos creían haber matado a unas 20 personas.
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