
Un día como hoy, el 31 de julio de 1826, tuvo lugar en Valencia el último auto de fe realizado en España. Fue contra Cayetano Ripoll, condenado por no creer en los dogmas católicos y herejía contumaz a morir en la horca y ser quemado después, aunque, al no consentirse tan horrible espectáculo en aquel tiempo, la sentencia dispuso que la quema no fuese real, sino simulada por medio de llamas pintadas en un cubo, dentro del cual se colocó el cadáver para ser luego arrojado al río.