
Un día como hoy, el 24 de julio de 1917, Margaretha Geertruida Zelle, más conocida como Mata Hari, fue sometida a juicio en Francia acusada de espionaje, de ser una agente doble para Alemania y de haber sido la causa de la muerte de miles de soldados. Fue declarada culpable sin pruebas concluyentes y basadas en hipótesis no probadas que hoy en día no se sostendrían en un juicio moderno.
Fue ejecutada por un pelotón de fusilamiento el 15 de octubre de 1917, en Vincennes. La leyenda sostiene que la escuadra tuvo que ser vendada para no sucumbir a sus encantos. Sin embargo, son probados los hechos de que lanzó un beso de despedida a sus ejecutores y que, de los 12 soldados que constituían el pelotón de fusilamiento, sólo acertaron 4 disparos, uno de ellos en el corazón, causándole la muerte instantánea.
Su cuerpo, que no fue enterrado, se empleó para el aprendizaje de anatomía de los estudiantes de Medicina, como se hacía con los ajusticiados en aquella época, pero su cabeza, embalsamada, permaneció en el Museo de Criminales de Francia hasta 1958, año en el que fue robada, seguramente por un admirador.