
Un día como hoy, el 23 de enero de 1899, el ácido acetil salicílico sintetizado por Félix Hoffman fue patentado como Aspirina.
«A» es el proceso de acetilación del ácido salicílico, «spir» es la Spiraea Ulmaria -uno de sus orígenes vegetales-, y el sufijo «ina» simplemente estaba de moda en aquel tiempo para los productos químicos.